La mañana por Valdebebas se presentaba tranquila. Pocas cámaras y pocos periodistas. La previa del duelo que enfrentará a Real Madrid y Valladolid en el estadio Santiago Bernabéu no había despertado gran interés entre los medios de comunicación. La situación de los blancos en la Liga, a 12 puntos del Barcelona antes del comienzo de la jornada, hace que el foco en esta competición sea menor. Pero entonces, apareció Ancelotti y decidió cambiar su discurso para llenar de picante las horas previas a este encuentro.
Ancelotti domina como pocos las ruedas de prensa. Se mueve como pez en el agua delante de los periodistas. Sin faltar el respeto y siempre respondiendo con educación, muchas veces da la sensación de que está por encima de cualquier cuestión. Algo así fue lo que se vivió en Valdebebas antes del partido contra el Valladolid.
Tras la primera cuestión de los medios oficiales del Real Madrid, que preguntaron al italiano por cómo estaba el equipo, empezaron las cuestiones sobre un posible futuro en Brasil. Durante el parón de selecciones mucho se ha hablado del banquillo madridista, de los posibles sustitutos del italiano y de la opción del actual técnico blanco de recalar en el banquillo de la pentacampeona. Todo esto ha desembocado en una rueda de prensa que tuvo cinco de las once preguntar relacionadas con la canarinha.
Hasta aquí, todo normal. Lo noticioso recae en que esta es la primera vez que Ancelotti se deja querer abiertamente por Brasil. De repente, ha cambiado su discurso hasta el punto de que ya no podría asegurar que después de entrenar al Real Madrid se retirará, como si hacía no hace tanto tiempo. «Me encanta el interés de Brasil, claro que genera ilusión. Pero hay que respetar contratos y quiero cumplirlo», aseguró.
Una relación de desgaste
Como ha contado OKDIARIO, en el Real Madrid la continuidad de Carlo Ancelotti no estará totalmente sujeta a que el club blanco termine ganando algún título esta temporada. En la entidad son muchas las voces que entienden que el desgaste con el entrenador es notable, pero todos son conscientes de que si sigue será capaz de mantener un buen ambiente.
Desde las altas esferas de la cúpula están cansados de determinadas decisiones del italiano. No gusta que Tchouaméni haya pasado a ser suplente, que Camavinga juegue de lateral izquierdo habiendo otras opciones más coherentes o que repita una y otra vez con Modric y Kroos en el centro del campo en los partidos grandes. Esto es lo que está deteriorando el segundo año de Carletto en el Bernabéu.
En estos momentos, y viendo como el italiano habla de su futuro, lo normal es que una vez que finalice la presente temporada ambas partes se sienten, lleguen a un acuerdo, Ancelotti se convierta en nuevo seleccionador de Brasil y el Real Madrid continúe su camino con otro técnico. Pochettino, como no, está en la pole.